MEMORÁNDUM
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CARLOS ORTA
MATERIA Y MEMORIA
Galería Carmen Carmona. Sevilla
La trayectoria de Carlos Orta (Linares, 1972) se asemeja al discurrir silente de regato de agua subterráneo, que emerge de cuando en cuando para hacernos partícipes de la marcha de ese tránsito. Un camino sin altibajos ni excentricidades, del cual nos ofrece un nuevo capítulo en forma de reducido grupo de obras de formato medio y un buen número de papeles.
La de Orta es una pintura sin urgencias, reflexiva, anotada en un diario de sentimientos y acontecimientos que se desgranan página a página y que podrían ofrecernos el balance fechado de una vida. Pero es también una propuesta sin concesiones: el trazo, el límite, marcan la frontera de los gestos sin respaldos coyunturales, ni escenografías.
Lo más complejo es la posición que adopta acerca de sí mismo y su labor creativa: en una suerte de “desencarnación”, Orta se proyecta fuera del yo dubitativo que se enfrenta con la incertidumbre cotidiana de hallarse en un mundo de incomprensión, para recoger y fijar desde un yo desprendido esas experiencias como objetos artísiticos, encontrando en la carencia virtud, en el problema, la solución.
Ivan de la Torre Amerighi
Crítica aparecida en el ABCD de las Artes, nº 809. 4 al 10 de Agosto de 2007